La icónica banda británica Napalm Death, pionera del grindcore, volvió a Chile con un concierto arrollador la noche del viernes 4 de octubre en el Teatro Cariola, bajo la producción de Spider, con una energía que desafía el paso del tiempo y una furia sonora inigualable, la banda liderada por Barney Greenway demostró por qué sigue siendo una leyenda viva del metal extremo, en IguanaSong estuvimos presentes y te contamos como lo vivimos esta jornada metalera en medio de un caos sonoro y mosh desenfrenado.
Napalm Death, es la banda más representativa del grindcore, el estandarte del género, su historia es algo compleja con múltiples cambios de formación desde sus inicios hasta consolidarse a principios de los noventa como quinteto, mitad norteamericano, mitad británico Napalm Death, originalmente se forma en 1982, en Birmingham bajo el nombre de “Civil Defence”, inspirados por el punk underground británico de la época, de la primera formación no queda ningún miembro en la actualidad, de hecho prácticamente no llegaron ni a completar la grabación del primer álbum, actualmente está formada por Mark «Barney» Greenway (voz), Shane Embury (bajo), John Cooke (guitarra) y Danny Herrera (batería).
Los británicos Napalm Death no necesitan presentación, su autenticidad, compromiso, lealtad a sus principios e influencia dentro de la música extrema les ha convertido en una institución, desde hace más de cuarenta años se han ido labrando un camino, como pioneros de los sonidos más extremos, dándose a conocer como ´Los Creadores del Grindcore´, Chile ha sido, desde hace décadas, una parada obligatoria para Napalm Death, siendo uno de los lugares donde su música y mensaje encuentran una respuesta feroz, desde su debut en octubre de 1997, y esta noche ha llegado nuevamente a Santiago para ofrecer un show que no sólo recorrió lo mejor de su vasta discografía, sino que también incluyo temas de sus más recientes trabajos discográficos.
El arranque de la jornada estuvo a cargo de la banda brasileña Eskrota, quienes trajeron su potente thrash metal crossover, con un show lleno de actitud y energía, las tres integrantes de la banda no dejaron espacio para la quietud, logrando encender a la audiencia con su mezcla explosiva de riffs rápidos y letras llenas de crítica social.
Luego fue el turno de las bandas chilenas Demoniac y Gangrena, quienes ofrecieron una presentación demoledora como teloneros, Demoniac, con su thrash metal feroz, mantuvo la intensidad con una actuación cargada de energía, la precisión y velocidad de la banda, combinada con un sonido crudo y abrasador, reafirmó su estatus como uno de los exponentes más sólidos del thrash en la escena nacional.
Por su parte Gangrena, representantes del death metal, desató la brutalidad de su disco Oscuro Tormento, llevándose al público por un viaje oscuro y aplastante con riffs pesados y una atmósfera asfixiante, su ejecución impecable dejó claro por qué es una de las grandes promesas del género en la escena local, ambas bandas supieron calentar el ambiente, dejando al público listo para lo que vendría.
Siendo las 20:30 hrs., sale a escena Lucifer, banda de heavy metal y retro-rock, formada en Berlín en 2014, liderada por el legendario Nicke Andersson (Hellacoptes, Imperial State Electric), guitarrista, compositor y uno de los principales responsable del empuje del rock sueco de las últimas décadas y por la enigmática Johanna Sadonis, una cantante de voz luminosa que sitúa las canciones en un espacio en el que Suzy Quatro surfea por encima de riffs de Black Sabbath, Lucifer se ha ido posicionando en la escena del retro-rock under desde su concepción de una forma exitosa a pesar de su cambio musical y rotación de miembros.
Lucifer ofreció un impactante show, con su característico heavy metal de tintes oscuros, la banda presentó su último álbum, `V` un álbum de estudio oscuro que combina el hard rock y el protometal con toques de glam temprano, con un meditado equilibrio entre la melodía y la oscuridad, desbordando poder y elegancia sobre el escenario, los monumentales riffs de Anderson acompañaron la hipnótica voz de Sadonis, creando una atmósfera envolvente que conectó de inmediato con el público.
Iniciaron su show con el tema “Crucifix”, seguida de “Ghosts”, “Midnight Phantom” y la contundente y hard rockera “A Coffin Has No Silver Lining”, la tortura auditiva continúa con “Fallen Angel” una canción con clásicas influencias rock and roll, “The Dead Don’t Speak”, tema con ligeras influencias doom, seguida de “At the Mortuary”, otra canción que se podría convertir en sello de la banda y que mezcla partes doom con un sonido retro-rock, temas de su ultimo trabajo discográfico, “Maculate Heart” y “California Son” del álbum Lucifer II.
Lucifer, cerro su presentación con “Reaper On Your Heels” su sólida propuesta de metal clásico, con influencias del doom y el rock setentero, dejó a los asistentes pidiendo más, preparando el terreno para una noche intensa de metal, supieron calentar el ambiente para la leyenda del grindcore, dejando al público listo para la descarga final de Napalm Death.
Finalmente llegó el momento de recibir a la leyenda británica del grindcore Napalm Death, con su formación clásica Shane Embury en el bajo, Mark «Barney» Greenway en la voz, John Cooke en la guitarra y Danny Herrera en la batería, la banda desató el caos desde los primeros acordes de “From Enslavement To Obliteration” Napalm Death dejó claro que esta sería una noche cargada de intensidad, el público chileno, conocido por su pasión y entrega, respondió desde el primer minuto con un mosh pit que no dio tregua durante todo el show.
Los himnos clásicos como: “Scum”, “Suffer the Children”, “The wolf i Feed”, «You Suffer», «Contagion» y “Dead” resonaron con una brutalidad inquebrantable, desataron el caos, mientras los riffs abrasadores de Mitch Harris y la demoledora batería de Danny Herrera golpeaban como martillazos implacables, el mosh pit se formó prácticamente de inmediato y no se detuvo hasta el final, en un clima de intensidad absoluta Barney, como frontman, es simplemente único su furia al cantar y su presencia escénica parecían estar en sintonía, moviéndose por el escenario con la energía, saludo y converso con el público, generando una conexión directa, característica en los shows de la banda.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando la banda interpretó temas de su más reciente álbum Throes of Joy in the Jaws of Defeatism, canciones como «Amoral» y «Backlash Just Because» mostraron que, lejos de perder fuerza, Napalm Death sigue innovando y manteniendo su esencia crítica y combativa, con letras que arremeten contra las injusticias sociales y la opresión, los fanáticos chilenos, siempre afín a estos temas, corearon con fervor cada estrofa.
El Teatro Cariola, con su atmósfera íntima pero poderosa, fue el escenario perfecto para esta descarga de grindcore, la iluminación, cruda y agresiva, potenció la intensidad del show, creando una experiencia sensorial completa Greenway, siempre carismático y cercano, se tomó varios momentos para interactuar con el público, agradeciendo la lealtad de los fans chilenos y recordando los lazos históricos que la banda ha construido con Latinoamérica Napalm Death, es más que ruido, es una declaración política.
Napalm Death, desde la violencia y el caos sonoro, transmiten mensajes en sus letras de conciencia social, a través de temas como la guerra, el fascismo, la homofobia y otras injusticias, la banda siempre ha sido una voz de protesta contra la opresión, esta combinación entre brutalidad musical y crítica política los convierte en una banda única, capaz de transformar el ruido en un llamado a la reflexión y a la resistencia.
Continuaron con el clásico «Nazi Punks Fuck Off», fue el clímax de una noche donde la brutalidad musical se fusionó con un mensaje de resistencia y lucha, los fanáticos bañados en sudor y adrenalina que cantaban a toda voz, desatando el frenesí final en el Cariola, inmediatamente después, descargaron “Instinct of Survival” y “Contemptuous”, sellando un show con la misma agresividad con la que lo comenzaron, los fanáticos se despidieron de la banda con una ovación atronadora, dejando claro que Chile sigue siendo un bastión inquebrantable para Napalm Death.
La experiencia fue simplemente brutal, gracias a nuestros amigos de Spider por la invitación.
Reseña: Lisbeth Castillo
Fotos: @franciscoaguilar.ph
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