El concierto de Brant Bjork en la Sala Metrónomo fue una experiencia envolvente que trascendió los límites del tiempo y el espacio, transportando a los asistentes a un viaje sonoro a través del vasto desierto del Sur de California. La noche del 7 de marzo en la Sala Metrónomo incluyó a los nacionales de Vago Sagrado y Yajaira, dos bandas con una notable trayectoria musical, las cuales se encargaron de brindar la energía necesaria para Brant Bjork, el cual era esperado por varios de sus fanáticos desde la fallida visita en el año 2019.
Vago Sagrado, con su enfoque musical abundante en psicodelia, abrió la noche con una ola de sonidos que se entrelazaron en capas hipnóticas. Canciones como «The Scroll» y «Centinela» llevaron a los asistentes a un viaje introspectivo, fusionando la intensidad de su noise rock con la melancolía del dream pop. “Deep into the shadows” y “Ciudad Fantasma” fueron las siguientes canciones, las cuales con efectos de delay en las guitarras de sus intérpretes y en conjunto con unas líneas de bajo pronunciadas invitaban a la audiencia a ser parte de un trance sonoro y a una atmósfera musical intensa. La banda nacional cerró su presentación con la canción “Flatrock”, una pieza instrumental de cinco minutos de duración que demostró la madurez y la cohesión que han cultivado a lo largo de sus años de carrera.
Luego, Yajaira tomó el escenario con su inconfundible estilo stoner rock, cargado de elementos de psicodelia y sludge. Temas como «Epopeya» y «Muerte Astral» golpearon con fuerza, mientras que los riff «Hormigas», dieron comienzo al desenfreno de la audiencia. Enseguida, la canción «Escombros» llevó al público a un viaje sónico a través de paisajes desérticos y atmósferas opresivas. Con más de dos décadas de experiencia, Yajaira demostró por qué son considerados una de las bandas más influyentes del rock chileno independiente.
Finalmente, Brant Bjork se apoderó del escenario, un poco después de la hora pactada, con su característico groove y su inconfundible estilo stoner. Desde el momento en que comenzó con «Buddha Time», el público fue transportado a un estado de trance, guiado por el ritmo hipnótico del bajo de Mario Lalli, los riffs pegajosos de Bjork, y la batería punzante de Ryan Güt. Canciones como “Mary” y «Let the Truth Be Known» mostraron la maestría de Bjork en la composición así como la potencia de su voz, mientras que las nuevas canciones como «Sunshine» y «You Are Free» revelaron una emocionante evolución en su sonido. “Trip On The Wine” y “Low Desert Punk” prosiguieron en la performance del estadounidense, su voz se elevó sobre las melodías de su música, mientras que a la par su carisma y calidez en el escenario demostraban porque Brant B. se mantiene aún vigente en la industria musical.
Ya en el ocaso de su presentación, la canción “Too Many Chiefs… Not Enough Indians” fue interpretada por el trío, para luego regalarle a sus fanáticos dos canciones nuevas de su repertorio; “Back In The Day” y “I Don’t Know”.
En síntesis, el concierto de Brant Bjork en la Sala Metrónomo fue más que una simple actuación; fue un viaje musical a través de los paisajes áridos y los horizontes infinitos del desierto del Sur de California, donde además las bandas nacionales demostraron su capacidad para estar a la altura de uno de los más grandes del stoner.
Gracias a nuestros amigos de 1977 producciones por la invitación
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Nota : Hugo Osorio
Fotos y video: Francisco Rodriguez
